sábado, 16 de diciembre de 2023

Desdeñosa

Lo que sea que se acerque a mí, correré, saldré huyendo despavorida.

martes, 4 de octubre de 2022

Despedida 2

Triste desde aquel noviembre en que me despedí hace ya un año, desde ahí ya nada marcho igual. Me fui corriendo por aquella avenida muy triste. Fui esquiva en aquella carretera pero no quise ser grosera, eso nunca. Fue triste ver una búsqueda constante sin poder contestar a esa búsqueda con sorpresa y emoción, el sentimiento incorrecto de contestar, de expresar los sentimientos reales y ser muy adusta. Que dolor tan grande! Tan grande que duele más cada que pasa el tiempo, más más grande. Tan grande que ni la sertralina, ni la Fluoxetina pueden con él. y la mente humana busca siempre torturarse con la búsqueda del otro ser, con el recuerdo, con lo que es propio o no, cuando el querer es violento e impropio y desafiante de reglas, es para los valientes. Ahora ya no se puede remediar nada, que dolor! Está tristeza es mortal pero no mata y ya tampoco puedo morir, viviré como un zombie. Cómo despedirte de algo que tal vez amas, que no lo aceptas que no lo sabes, que no lo entiendes? https://youtu.be/l04Jvjb_O5o

sábado, 19 de enero de 2019

Desierto

Quería viajar a un lugar tan despreciado, donde seguramente no habría gente, porque así me gusta tanto. El desierto, tantas horas de camino para llegar ahí, me interné. Me di cuenta que no hay corazón en esto, eso interpreté de mi nuevo amigo colombiano. Pero de mi amigo Roberto aprendí a hacerle honores a las peronas amadas, el mayor honor es una obra de arte. Él escribirá algo parecido a los Himnos a la noche de Novalis, me gusta la idea, estamos inspirados... yo como soy más visual he pensado en una serie de dibujos o en un dibujo muy grande de puras líneas, del desierto. Es hora de prender fuego. Será verdad mi revelación: el Dios del universo me dará un hijo solo con la persona indicada y señalada. la pizca de amor y vida. será verdad? me resulta peligroso. Como quiera he hecho un pacto en cuanto a eso con Dios.

viernes, 11 de diciembre de 2015

Despedida

Tal vez los claveles rojos no te gusten pero algo me dijo que si. Los encargué días antes de que el año terminara, no eran muchos pero el adorno hacía verlos elegantes. Yo prefería las rosas, sabía que te gustaban por aquella tradición del libro y la rosa, desafortunadamente nunca sale como planeamos.
Y ahí los deposité. En ese pueblo solitario y antiguo.
Por un momento me dio melancolía escuchar a las aves. Cuando alguien entra a su recinto donde reina la tranquilidad, ellas se enfadan y hacen ruidos.
El viento frío y el sonido de las aves anuncian tu llegada fantasmal, desde allá, donde todo pretende estar sereno. Ellos, como dos guardas están detrás de mi. No lágrimas, no gestos, no lamentos. Es una despedida nada más. La última de tantas despedidas previas.
Ahí donde estás depositado pretendo adornar y cerrar este vínculo, justo este último día del año. Está cerrado, pero ahora todo este pueblo está lleno de tu presencia fantasmal. Cualquier calle, cualquier árbol deshojado por el invierno y todo ese recorrido que da el agua a través de los pueblos hasta que finalmente te conviertes en el paisaje solitario de un castillo al atardecer.



Hoy cierro el ciclo en Ruidera frente al Castillo de Peñarroya. Caminando esta atardecer-anochecer, escuchando historias de los romanos. Creo que va a nevar, hace tanto frío. Estaba tan triste hasta que quemé una de mis botas favoritas con el calefactor de la mesa de tu casa mientras comía bombones navideños y pues me regresó a la realidad. Tengo la mala costumbre de subir mis pies a algo mientras escucho con atención.